Ann De Boeck es periodista.
Con una mayoría convincente, los miembros de Vooruit y Open Vld en Gante levantaron la mano el domingo por la mañana. Con eso, la bala pasa por la iglesia: en 2024 los departamentos irán juntos al electorado bajo el nombre ‘Para Gante’. Un momento simbólico, aunque la bendición por parte de los socios no fue más que un trámite. El nombre de dominio ‘voorgent.be’ ya estaba registrado en abril de 2022, hace un año. Los lugares más importantes de la lista también se habían dividido hacía mucho tiempo.
Para el votante, la lista morada de ciudades tiene la ventaja de la claridad. Los acuerdos preliminares políticos son de todos los tiempos, solo que ahora se concluyen frente a las pantallas y no en la trastienda de la asociación local de palomas. La transparencia es resultado de las nuevas reglas electorales locales. Quien salga como el partido más grande será el primero en formar una coalición y suplir al alcalde. Más que nunca, por lo tanto, es importante formar el partido o alianza más grande.
Para algunos de los habitantes de Gante, la coalición de la ciudad roja y azul evocará agradables recuerdos de la época en que Guy Verhofstadt y Freya Van den Bossche se sentaban cómodamente en un banco en el parque, la imagen icónica de la campaña de hace 17 años. El hecho de que esta última esté volviendo a la política a través de la lista de ciudades contribuye a las expectativas. El morado estuvo en el poder en la ciudad de Artevelde durante 24 años, hasta que el alcalde socialista Daniël Termont cambió los liberales por los verdes en 2012.
Sin embargo, la jovialidad también tiene un sabor amargo. Porque seamos honestos: la única razón por la que el alcalde liberal Mathias De Clercq (Open Vld) está en la cama con los socialistas es para mantenerse él mismo en el poder. Aceptó generosas concesiones a los socialistas. Originalmente por el miedo, ahora infundado, de que Conner Rousseau se mudara a Gante, pero también para poner un tacón en los greens. Formaron cartel con los socialistas en las elecciones anteriores.
En su aversión a los Verdes, los liberales y los socialistas parecen haberse encontrado. Buques Filip Watteeuw (Verde) y co. se volvió demasiado popular a sus ojos, y un poco demasiado confiado. Con su alianza estratégica, tienen cartas fuertes para frenar a los verdes. Así juntos ‘Para Gante’, pero sobre todo ‘Para Sí Mismo’. El hecho de que corran el riesgo de tener que rogar pronto a N-VA –o quién sabe: CD&V y Groen– para conseguir una mayoría es un precio que están dispuestos a pagar.
Pero si el votante de Gante también gana? Esa es la gran pregunta. Ya nadie puede afirmar que ‘el votante baraja las cartas’, porque las opciones ya están limitadas de antemano. Una tendencia que probablemente también veremos en otras ciudades en los próximos meses. Además, el votante progresista se enfrenta a una elección desgarradora. O su voto irá a parar a un bloque de liberales y quizás nacionalistas flamencos, o será olvidado por la oposición.
Sabiendo que se eliminará el voto obligatorio local, nadie debería sorprenderse si el entusiasmo por ir a las urnas de repente resulta ser mucho menor de lo esperado.