Las disputas entre liberales del FDP, ecologistas y socialdemócratas de la canciller, que forman la coalición de gobierno, atañen tanto al clima como a la financiación del ejército, todo el presupuesto de 2024 y los de los próximos años.
Los liberales, un partido de derecha, ocupan el Ministerio de Hacienda y se ven a sí mismos como garantes de la disciplina presupuestaria. Uno de sus líderes, Christoph Meyer, acusó el sábado a los otros dos partidos de “una adicción al gasto público”, en los diarios del grupo de prensa Funke.
“A veces hay que arrebatarle la botella de licor de la boca a un alcohólico”, dijo.
Sobre el clima, los Verdes y el FDP han estado al descubierto durante semanas sobre sus desacuerdos sobre los motores de combustión y la prohibición gradual de los calentadores de petróleo o gas.
El Canciller tiene todos los problemas, un año y medio después de llegar al poder, para tomar ventaja sobre sus inquietos socios.
“La casa de la coalición se está incendiando”, resume el popular diario Bild.
“Prevención”
Se trata pues de una sesión de terapia colectiva a la que se someterán los integrantes de esta inédita coalición el domingo a partir de las 18:30 horas en la cancillería.
Objetivo: restablecer el orden para frenar la creciente impopularidad de la que se benefician la oposición conservadora, en lo más alto de las encuestas, y la AfD (extrema derecha), ahora tercero en Alemania, según varios estudios.
La principal turbulencia la ha provocado en los últimos días el ministro ecologista de Economía y Clima, Robert Habeck.
Cansado de las críticas a su prioridad dada a las energías renovables, el vicerrector se permitió una virulenta acusación.
“No es posible que en una coalición de progreso, un solo partido represente el progreso y los demás el impedimento”, se dejó llevar este martes el número 2 del gobierno.
El filósofo de formación también critica al gobierno por “no cumplir suficientemente” con su misión de “llevar algo a la gente, a Alemania” y al clima.
El país ciertamente ha alcanzado su objetivo de limitar las emisiones de CO2 en 2022, en parte gracias a la crisis energética, pero aún queda mucho camino por recorrer para lograr la neutralidad de carbono en 2045.
Habeck critica en particular a sus aliados liberales por retrasar su plan, que se filtró en la prensa, de prohibir nuevos calentadores de gas o petróleo el próximo año.
Esta limitación tendría consecuencias económicas y sociales “desastrosas”, teme Christian Lindner, líder del FDP y ministro de Hacienda.
Una crítica compartida dentro del SPD donde se preocupa, en voz del diputado Dirk Wiese, por todos aquellos “que no pueden permitirse gastar entre 20.000 y 30.000 euros en una nueva calefacción”.
Comparación con Putin
“La comunicación sobre los desafíos que plantea el cambio climático” ha sido demasiado incompleta, confirma a la AFP el politólogo Gero Neugebauer, para quien “los cambios en el comportamiento individual requeridos se consideran una invasión inaceptable de la privacidad”.
El electorado del FDP, principalmente de las clases acomodadas, teme, según el experto, “ser obligado por el Estado” a cambiar sus hábitos y forma de vida.
La tensión es tal que el vicepresidente del FDP, Wolfgang Kubicki, llegó a afirmar, antes de disculparse, que el Sr. Habeck compartía con Vladimir Putin “una convicción similar de que el estado, el líder, los elegidos saben mejor que las personas lo que es bueno para ellas”.
El SPD, primer partido de la coalición, llamó a sus socios a dejar de difundir sus desacuerdos en la prensa y a “cambiar a otra forma de trabajar”, en palabras de su colíder, Lars Klingbeil.
Los conservadores de la CDU, que sueñan con la vuelta al poder en 2025, siguen criticando a la canciller. “Necesitamos liderazgo más que nunca, y OIaf Scholz no lo demuestra, porque deja que suceda”, lamenta el vicepresidente de la CDU, Carsten Linnemann.